El Instrumentum laboris consta de tres partes: la primera, el ver-escuchar, se titula La voz de la Amazonía y tiene la finalidad de presentar la realidad del territorio y de sus pueblos. En la segunda parte, Ecología integral: el clamor de la tierra y de los pobres se recoge la problemática ecológica y pastoral, y en la tercera parte, Iglesia Profética en la Amazonía: desafíos y esperanzas, la problemática eclesiológica y pastoral.
5. De este modo, la escucha de los pueblos y de la tierra por parte 
de una Iglesia llamada a ser cada vez más sinodal, comienza por tomar 
contacto con la realidad contrastante de una Amazonía llena de vida y 
sabiduría. Continúa con el clamor provocado por la deforestación y la 
destrucción extractivista que reclama una conversión ecológica integral.
 Y concluye con el encuentro con las culturas que inspiran los nuevos 
caminos, desafíos y esperanzas de una Iglesia que quiere ser samaritana y
 profética a través de una conversión pastoral. Siguiendo la propuesta 
de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), el documento se estructura en 
base a las tres conversiones a las que nos invita el papa Francisco: la 
conversión pastoral a la que nos llama a través de la Exhortación 
Apostólica Evangelii gaudium (ver-escuchar); la conversión ecológica a través de la Encíclica Laudato sì que orienta el rumbo (juzgar-actuar); y la conversión a la sinodalidad eclesial mediante la Constitución Apostólica Episcopalis Communio que
 estructura el caminar juntos (juzgar-actuar). Todo ello en un proceso 
dinámico de escucha y discernimiento de los nuevos caminos por los que 
la Iglesia en la Amazonía anunciará el Evangelio de Jesucristo en los 
próximos años.
PARTE I - LA VOZ DE LA AMAZONÍA
“Está bien que ahora sean ustedes mismos quienes se autodefinan
y nos muestren su identidad. Necesitamos escucharles” (Fr.PM)
y nos muestren su identidad. Necesitamos escucharles” (Fr.PM)
6. La evangelización en América Latina fue un don de la Providencia 
que llama a todos a la salvación en Cristo. A pesar de la colonización 
militar, política y cultural, y más allá de la avaricia y la ambición de
 los colonizadores, hubo muchos misioneros que entregaron su vida para 
transmitir el Evangelio. El sentido misional no sólo inspiró la 
formación de comunidades cristianas, sino también una legislación como 
las Leyes de Indias que protegían la dignidad de los indígenas contra 
los atropellos de sus pueblos y territorios. Tales abusos produjeron 
heridas en las comunidades y opacaron el mensaje de la Buena Nueva; 
frecuentemente el anuncio de Cristo se realizó en connivencia con los 
poderes que explotaban los recursos y oprimían a las poblaciones.
7. Hoy día la Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse
 netamente de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los 
pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su rol 
profético. La crisis socio ambiental abre nuevas oportunidades para 
presentar a Cristo en toda su potencialidad liberadora y humanizadora. 
Este primer capítulo se estructura en torno a cuatro conceptos claves 
íntimamente relacionados: vida, territorio, tiempo, diálogo, donde se 
encarna la Iglesia con rostro amazónico y misionero.
Capítulo I - Vida
“Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud” (Jn 10,10)
Amazonía, fuente de vida
8. Este Sínodo se desenvuelve en torno a la vida: la vida del 
territorio amazónico y de sus pueblos, la vida de la Iglesia, la vida 
del planeta. Tal como lo reflejan las consultas a las comunidades 
amazónicas, la vida en la Amazonía se identifica, entre otras cosas, con
 el agua. El río Amazonas es como una arteria del continente y 
del mundo, fluye como venas de la flora y fauna del territorio, como 
manantial de sus pueblos, de sus culturas y de sus expresiones 
espirituales. Como en Edén (Gn 2,6) el agua es fuente de vida, pero 
también conexión entre sus diferentes manifestaciones de vida, en la que
 todo está conectado (cf LS, 16, 91, 117, 138, 240). “El río no nos 
separa, nos une, nos ayuda a convivir entre diferentes culturas y 
lenguas”.[2]
 


 
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