y el Caribe,
junto a la cooperación
internacional,
urgen aumentar
la inversión en educación
República Dominicana, Chile y organismos multilaterales destacan la educación como una inversión catalizadora para el futuro sostenible de la región
En el marco del 79º periodo de sesiones de la Asamblea
General de las Naciones Unidas, y de la Cumbre del Futuro, los gobiernos de la
República Dominicana y Chile, junto a organismos multilaterales, hacen un
llamado urgente para aumentar el financiamiento dedicado a la educación en
América Latina y el Caribe.
El llamado a la acción, apoyado por UNICEF, UNESCO,
CEPAL, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Banco
de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), la Organización de Estados
Iberoamericanos (OEI), la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación
(CLADE), y la Fundación Varkey, exhorta a invertir ahora para que los países
alcancen el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 que busca garantizar una
educación inclusiva, equitativa y de calidad.
“La educación es el motor del desarrollo y la clave para
transformar nuestras sociedades; por eso, en la República Dominicana estamos
decididos a convertir las escuelas en el centro del desarrollo y de las
políticas públicas, donde se forja el futuro de nuestra nación", dijo Luis
Rodolfo Abinader Corona, presidente de la República Dominicana. “Invitamos
a todos los sectores de la sociedad a sumarse a este esfuerzo. Es un compromiso
que debemos asumir juntos para asegurar que la educación sea, en esencia, el
pilar del desarrollo equitativo y sostenible de nuestra región”.
Por su parte, Nicolás Cataldo, ministro de
Educación de Chile, expresó “Como copresidentes del Comité Directivo de
Alto Nivel del ODS 4, nos parece fundamental participar e impulsar instancias
como estas para amplificar las decisiones tomadas a nivel global y regional en
materia educativa. Reflexionar sobre las condiciones habilitantes para los
procesos educativos, y, sobre todo, el financiamiento sostenible, es crucial
para pasar del compromiso a la acción y, con ello, materializar el cumplimiento
de las metas del ODS 4”.
En América Latina y el Caribe, el 75 por ciento de estudiantes en la región no logran las competencias básicas en matemáticas y el 50 por ciento en lectura. El limitado cumplimiento del derecho a la educación en la región se ha profundizado en los últimos años debido a las crisis prolongadas, el impacto de múltiples emergencias, incluyendo la pandemia de COVID-19, y las desigualdades persistentes.
"Si ustedes quieren éxito económico, si ustedes quieren puestos de trabajo, crecimiento e inversiones, deben garantizar que el sistema educativo realmente funcione. No hay otra manera, en este momento", dijo el economista Jeffrey Sachs.
Aunque los países han hecho notables esfuerzos para alcanzar el mínimo de financiamiento acordado en educación, al menos el 4 por ciento del PIB y el 15 por ciento del gasto público total, la sostenibilidad del financiamiento sigue siendo un desafío y la región se queda atrás. Hoy, en promedio, los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) invierten por estudiante cerca de cinco veces más que el promedio de América Latina y el Caribe.
Es por ello que, República Dominicana y Chile, junto a la
coalición de organismos multilaterales, instan a todos los gobiernos de
la región, a la cooperación internacional, a la sociedad civil y al sector
privado a asegurar las condiciones habilitantes y el financiamiento adecuado y
sostenible en la educación, con equidad y eficiencia. En
particular:
1. Aumentar la inversión pública en la educación, priorizando la asignación de recursos en áreas donde la
evidencia muestra mayores retornos y para estudiantes en situación de mayor
vulnerabilidad.
2. Potenciar las estrategias de financiamiento sostenible
para la educación, aumentando la
movilización de recursos para la educación a través de instrumentos como las
políticas fiscales progresivas. Además, complementar estos esfuerzos con medidas
innovadoras como el fondo multiplicador del Global Partnership for Education (GPE), los canjes de deuda, el financiamiento mixto, entre otras.
3. Incrementar la proporción de ayuda oficial al desarrollo
destinada a la educación,
fomentando inversiones a largo plazo en los sistemas de educación pública.
4. Fortalecer los sistemas de gestión e información que
permitan planificar las inversiones y monitorear el impacto de la financiación
en la educación, asegurando
que sea suficiente, equitativa, eficaz, eficiente y transparente.
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