Debemos tener muy presente que en la vida no hay premios ni castigos, sino 
consecuencias.
El rol de los enseñantes en America latina ha cambiado fundamentalmente en 
los últimos 35 años. Se ha pasado, de ser el personaje más importante en la 
formación del niño y del adolescente, a ser lo más criticado dentro del ámbito 
familiar. La escuela, ha pasado de ser un centro de formación a ser un centro de 
contención.
Hoy en día, es muy común escuchar que en una escuela de nuestro continente 
se ha golpeado a un maestro. Que un profesor ha sido agredido por un grupo de 
alumnos o por padres. Que una madre fue a la escuela a golpear a una maestra o a 
un director.
Podriamos decir que la educación ha entrado en America Latina en una zona 
de batalla y por ahora, esta batalla la estamos perdiendo.
Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive 
aquellas que perdemos.
Sabemos perfectamente que el odio no cesa con el odio, el odio cesa con 
amor. Esta es una ley muy antigua y los educadores sabemos mucho de amor. 
Nuestra tarea se basa en la premisa del amor.
Los educadores creyentes, estamos todos trabajando en forma conjunta para 
transformar este desafio de la sociedad. Nuestra asociación esta preparando una 
oración sencilla pero pensamos que sera eficaz. Dios, dame fe ... para seguir 
adelante a pesar de todo. Dame grandeza de espíritu ... para perdonar. Dame 
paciencia ... para comprender y esperar. Dame serenidad ... para aceptar las 
cosas que no pueda cambiar. Amen
                                                                                                                                Hector Rigaldo
 

 
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