RECOMENDACIONES DE LA FLATEC PARA REGULAR EL TRABAJO DOCENTE
EN TIEMPOS DE PANDEMIA Y ESTABLECER UN PROTOCOLO FRENTE A UNA VUELTA A CLASES
PRESENCIAL
Desde las organizaciones que integran la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la
Educación y la Cultura y sus más de 500.000 trabajadores/as queremos
acercar nuestro posicionamiento político respecto al contexto actual de
Pandemia Covid 19.
La Pandemia no descubrió ningún problema nuevo, solo hizo
evidentes los que ya existían. América Latina y el Caribe continúa siendo la
región más desigual del planeta. Años acumulados de procesos neoliberales
–interrumpido en alguno de nuestros países por procesos populares- han
provocado una crisis de nuestros sistemas de salud y educación públicos,
profundizando las desigualdades sociales y provocando una crisis depredatoria
sobre nuestros recursos naturales que hoy sufrimos descarnadamente. Lo que
durante muchos años había logrado la propaganda mediática – y con éxito –
inculcar en el pensamiento y las costumbres de los Pueblos, el solo efecto de
una enfermedad de alcances globales lo comenzó a tirar abajo.
Intentan impedir el “pensamiento crítico” generado desde la
propia experiencia de vida y hacernos creer en valores y principios que
aparecían como “democráticos” pero no lo eran y, en cambio terminaban
favoreciendo en todos los aspectos a minorías cada vez más ricas y poderosas
sobre la base del despojo de las mayorías.
La Pandemia atacó todos los frentes y a toda la humanidad
sin excepciones. Lo que algunos denominamos la Tercera Guerra Mundial ha
comenzado. Frente a ella comenzaron a desnudarse con la violencia indetenible
de los hechos todos los males que se habían constituido como estructurales en
nuestras sociedades. Esos hechos desmienten a los artífices de la propaganda
sistemática a favor de lo peor de la humanidad, revirtiendo los resultados de
la “batalla cultural”.
La crisis que hoy transitamos ha puesto de relieve el
protagonismo de los Pueblos como sujeto histórico frente al darwinismo social
de los “más aptos”. Los que son “ganadores” por esfuerzo propio. Es una lección
para aprender, si no lo hacemos el mundo que vendrá no nos tendrá de protagonistas
sino de sirvientes de los poderosos y ricos que seguirán sustentando su poder
en la explotación. ¿Qué otra cosa han sido los siglos de colonialismo
despiadado que han sufrido la mayoría de los Pueblos?
Las organizaciones de los Trabajadores y las Trabajadoras y
las propias del mundo de la educación están basados en el principio de la
solidaridad, por ello fueron blanco especifico de las teorías neoliberales
basadas en el individualismo y el beneficio propio. Se las ha deslegitimado y
golpeado, para poder desintegrarlas y seguir profundizando la explotación del
trabajo por el capital. En las
organizaciones obreras buscaron propagar todas las formas de soborno, división
y asimilación a los regímenes individualistas.
En la escuela propusieron metodologías y fórmulas de
evaluación destinadas a demostrar el valor individual por sobre lo colectivo o
grupal. Intentaron imponer un pensamiento único basado en la meritocracia, la
competencia y el lucro. De la misma manera, actuaron en los demás aspectos de
la vida en común, siempre lo primero es el individuo, tratando de superar el
concepto de comunidad.
Se habla que luego de la pandemia avanzaremos hacia una
“nueva normalidad” pero nadie sabe de qué hablan unos y otros. Esta normalidad
ha de venir por el cambio de los protagonistas de la Historia. De lo contrario
solo será más de lo mismo con un leve maquillaje.
Esta crisis no la deben pagar los trabajadores y
trabajadoras de nuestros pueblos. La deben pagar los que concentran las grandes
fortunas de nuestros pueblos generando políticas de hambre y miseria. Los
países menos golpeados por este virus son los que tienen Estados fuertes que
cuidan la salud de sus pueblos por encima de las lógicas del mercado.
Nuestros pueblos despiertan frente al racismo y la discriminación
ancestral. Hoy EEUU se levanta frente a las lógicas de la muerte y la
xenofobia. Mientras que en Brasil, se necesitan talar bosques enteros para
fabricar loa ataúdes de los muertos por el Covid. ¿Qué clase de mundo es ese
que sigue negando la gravedad del problema y no cuida a sus pueblos?
No queremos más Trumps ni Bolosnaros. América Latina
resistirá con sus organizaciones sociales y sindicales hasta alcanzar un mundo
justo y solidario con plena justicia social y vigencia de los derechos humanos.
En este nuevo acontecer la Escuela y los trabajadores y las
trabajadoras –instituciones básicas de la solidaridad humana- tenemos que
desempeñar un papel especial. Ese es el desafío al que la FLATEC quiere
responder desde el conjunto de sus organizaciones de trabajadores y
trabajadoras de la educación
Pandemia: mundo del
trabajo y la Educación
El contexto que conlleva la pandemia ha generado una serie
de exigencias en nuestro trabajo docente que debe ser regulada a partir de una
protección integral de los y las trabajadoras. El Estado nacional a través de
sus órganos de aplicación tanto en el nivel educativo como laboral debe
establecer protocolos que regulen el trabajo a distancia. Ese protocolo debe
ser elaborado conjuntamente con las organizaciones sindicales que agrupan a los
docentes en cada país y con la comunidad familiar.
Queremos acercar algunas recomendaciones para establecer un
piso mínimo, atendiendo a los niveles implicados en nuestra carga global del
trabajo. Es decir, factores físicos, mentales y psicosociales. Es necesario
entender que el proceso de trabajo docente posee características específicas ya
que el producto de trabajo realizado en inmaterial y su principal sostén son
los alumnos mismos, es decir sujetos con el cual se genera un vínculo único,
personal e intransferible. Es vínculo presencial es el que está profundamente
alterado en tiempos de pandemia.
El trabajo a distancia no puede en ningún caso reemplazar
esta relación pedagógica y de cuidado que se juega en el cara a cara. Trabajamos
con sujetos, no con objetos de trabajo. Los y las docentes siguen sosteniendo
como pueden esa relación y ese trabajo debe ser profundamente reconocido por
los gobiernos y la sociedad en general. No es posible aplicar una lógica de
mercado y de productividad exigiendo aún más a los y las trabajadoras de la
educación.
Los factores microsociales (características propias de
nuestra actividad) y los macrosociales (proyecto de país y modelo educativo
presente) deben ser tenidos en cuenta a la hora de elaborar protocolos que
cuiden nuestra salud y nuestro trabajo. Estos factores han sido profundamente
modificados y hacen a la base estructural del problema a la hora de generar
políticas públicas de cuidado y protección.
Un apartado
especial merecen las mujeres docentes trabajadoras. El 85% de nuestras
docentes en América Latina son mujeres. En general, las mujeres trabajadoras se
encuentran afectadas por la doble presencia, definida para señalar que “durante
el tiempo de trabajo remunerado, la persona debe gestionar la organización de
sus responsabilidades domésticas y, durante su tiempo privado, debe organizar o
gestionar, de alguna manera, sus responsabilidades profesionales” (ISTAS). Esta
sobrexigencia se encuentra hoy potenciada en este contexto. Las tareas de
cuidado (tareas domésticas, cuidado de los hijos y adultos mayores) que
históricamente recaen sobre las mujeres
provocan un malestar que afecta nuestra salud mental y
física.
Debemos prestar atención y cuidado a este colectivo
históricamente vulnerado, exigiendo que los gobiernos y empleadores generen
medidas de protección donde el cuidado sea reconocido social y económicamente.
Debemos impulsar un cambio para que se reconozca las labores de nuestras
mujeres docentes y evitar las exigencias que recaen sobre ellas.
Nuestros hogares se han transformado en espacios de trabajo.
Las fronteras entre lo público y nuestra privacidad han sido
alteradas de manera sustancial Nuestras casas no están muchas veces preparadas
para la privacidad que nuestra tarea requiere. Las tareas se suceden en
simultáneo sin contar con las condiciones materiales necesarias. Esta es otra
dimensión que es necesaria atender.
Las
desigualdades sociales y educativas se han profundizado y hoy emergen, pero no
son nuevas. La pandemia no ha hecho más que poner en evidencias las profundas
desigualdades del sistema neoliberal y la explotación laboral de millones de
trabajadores/as de América Latina. Nos exigen seguir trabajando sin
tener los medios materiales para hacerlo.
Nosotros debemos costear materiales de trabajo, conectividad
e insumos tecnológicos. Se nos exige, como si todos los docentes y los alumnos
viviéramos en una burbuja de conectividad que no existe. No puede haber trabajo
digno a distancia en la región más desigual del planeta. El discurso del
esfuerzo personal, la superación, el trabajo por metas y la vocación de
sacrificio con la que tradicionalmente se ha estereotipado a nuestra tarea
docente, es falso y encubre nuestra desigualdad.
Por ello desde la FLATEC y recogiendo las opiniones de todas
nuestras organizaciones sindicales promovemos la creación de protocolos de
actuación que contemplen los cambios en la organización del trabajo, a fin de
preservar los derechos laborales vigentes y la salud integral de nuestro colectivo.
Debemos impulsar reglamentaciones de teletrabajo y/o trabajo remoto. Debemos
pelear por que el COVID sea reconocida como enfermedad profesional y lograr así
una protección de nuestra salud en los casos donde el trabajo se sigue
realizando de manera presencial.
Alcanzar un trabajo seguro, digno y saludable solo es
posible con la presencia de un estado fuerte y presente que privilegia la salud
de sus pueblos por encima del lucro y mercantilización de nuestros sistemas de
salud. La salud no es un tema de profesionales sino una responsabilidad
conjunta del Estado con los trabajadores/as organizados.
En base a la normativa laboral vigente, como así también a
las recomendaciones de OIT y los acuerdos alcanzados, tanto a nivel nacional
como internacional, por otras organizaciones sindicales en esta pandemia, les
dejamos una serie de cláusulas básicas o piso mínimo que debe ser garantizado.
Estas
cláusulas son herramientas para nuestras negociaciones con nuestros empleadores
y el Estado. Deben servir para cuidarnos y ser exigencias para los
gobiernos que naturalizan esta sobrecarga e incumplen las normativas laborales
nacionales e internacionales vigentes.
Recomendaciones
respecto a nuestras Cymat:
• Establecer un límite a la extensión de la jornada de
trabajo. La misma no puede ser superior a la que tenía con anterioridad a la
pandemia.
• Acordar un marco de inicio y fin de la jornada laboral
adaptado a las cualidades y necesidades del trabajador o trabajadora. La
distribución temporal ayuda a una organización de nuestro trabajo y contacto
con alumnos para no generar sobrecarga laboral. No se puede exigir estar
disponibles y conectados 24 hs al día. Los empleadores no pueden exigir esta disponibilidad digital.
• Debemos
respetar nuestros turnos, días y horarios. Establecer horarios fijos para
reuniones con otros compañeros, autoridades y contacto con los padres. Señalar
expresamente que fuera de esos horarios no se contestarán consultas.
• Adaptación de los contenidos pedagógicos prioritarios en
este contexto. No exigencia a la evaluación previa a la pandemia. Generar
mecanismo de evaluación alternativos que no sean punitivos para los alumnos ni
para los maestros.
• Respecto a las herramientas y materiales de trabajo la
mayoría de las normativas laborales exigen que el empleador debe proveer los
elementos necesarios para el desempeño de la actividad. En este contexto de excepcionalidad, son las y
los docentes quienes ponen los bienes materiales de su propiedad (computadora,
celular, etc.). Debe establecerse como principio general que no puede exigirse
a los trabajadores más allá de la disponibilidad de recursos materiales que
tenga, ni mucho menos establecer acciones punitivas contra los/las trabajadoras.
• Solicitud de un plus económico compensatorio
extraordinario por los gastos de luz, teléfono, datos móviles, internet, etc.
que el trabajador o trabajadora tienen debido al trabajo desde la casa.
• Pedir por nuestro derecho a la desconexión digital. La
misma, implica el respeto al tiempo de descanso de los y las trabajadoras una
vez finalizada la jornada laboral.
• Percepción integra del salario y licencias vigentes.
Prohibición de despidos, suspensiones y/o rebajas salariales.
Recomendaciones para una Vuelta a clases segura:
• Como criterio general de vuelta a clase debe primar el de
la protección de la salud y la vida de los trabajadores/as de la educación y
toda la comunidad educativa.
• Garantizar infraestructura edilicia escolar segura con acceso
a todas las medidas de salubridad necesaria: jabón, agua, ventilación, etc.
• Para definir el retorno a clases presenciales debe tomarse
en cuenta el comportamiento de la pandemia en cada región y la realidad de cada
centro educativo.
• Cualquier cambio del calendario se debe tomar en cuenta,
teniendo el consenso de las organizaciones sindicales que agrupan a los y las
docentes,
• Considerar en el retorno a clases la seguridad sanitaria
de los docentes y empleados de servicio con enfermedades de riesgo (cardíacas,
diabetes, cáncer, inmuno-comprometidos, hipertensión, asma etc.) en horario y
tratamiento especial.
• Entrega por parte de los estados y/o empleadores de
educación de insumos sanitarios, acceso a pruebas, protocolos de
distanciamiento en las aulas, tapabocas y otras medidas con instrumentos
protectores.
• Refuerzo de políticas de alimentación en comedores,
entrega de bolsones de comida, viandas frente al contexto de emergencia
sanitaria y el aumento de desnutrición y pobreza.
• Asegurar la integridad física y emocional de toda la
comunidad una vez que los organismos expertos en temas de salud y autoridades
competentes consideren posible el retorno a clases presenciales.
• Capacitación docente en el manejo de las TIC´s y APP´s
adecuadas para el trabajo escolar.
• Evaluar mecanismos alternativos de difusión de la
enseñanza en las zonas rurales, principalmente donde no hay señal de celulares
e Internet.
• Contratación de Orientadores, Consejeros de Estudiantes,
Psicólogos Enfermeras y personal médico en los centros educativos y personal
docente adicional para asegurar cumplir con el distanciamiento físico entre
estudiantes y personal docente.
Comité Ejecutivo FLATEC
Junio de 2020
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