lunedì 24 febbraio 2014

EDUCAR HOY Y MAÑANA - EDUCATING TODAY AND TOMORROW - EDUQUER AUJOURD'HUI ET DEMAIN - OPLEIDEN VANDAAG EN MORGEN

EDUCAR HOY Y MAÑANA 

 Una pasión que se renueva.


Estamos en vísperas de dos aniversarios importantes en el camino de la Iglesia: en el año 2015 marca el 50 aniversario de la Declaración Conciliar sobre la educación cristiana "Gravissimum educationis" y el 25 aniversario de la Constitución Apostólica "Ex Corde Ecclesiae" sobre la Universidad Católica. Somos recurrentes al hacer memoria y estimular la reflexión sobre los temas educativos generales que hoy atraviesa todo el mundo. Desde hace años se habla de "emergencia educativa", en referencia a "la dificultad de establecer los informes educativos que, para ser auténticos, deben transmitir a las nuevas generaciones los valores y principios de vida, no sólo para ayudar a las personas a crecer y madurar, sino también para construir el bien común"[1].
La Congregación para la Educación Católica ha constituido un grupo de trabajo, al cual han participado los principales expertos en problemáticas educativos y sociales a nivel internacional, para la preparación de un "instrumentum laboris" que acompañará a la iglesia local y las instituciones educativas católicas en los próximos años, y que involucra no solo a todos los educadores católicos. Este documento fue discutido por la Congregación y se presentó hace unos días, en un Forum al que asistieron los miembros de la Congregación y diversos expertos en temas educativos. Incluso la UMEC (Unión Mundial de Educadores Católicos) fue invitada a participar en el Forum y a aportar su contribución, comprometiéndose a compartir el camino de reflexión.
El Forum, expertamente organizado por el Cardenal Prefecto, S. E. el Cardenal Grocholewski, el Secretario de la Congregación , S. E. Monseñor Zani y sus colaboradores, coordinado por el prof. Zamagni, ha querido ser el motivo de la presentación del documento, de debatirlo, de estimularlo para "fortalecer la conciencia de la misión educativa de ser un signo de esperanza en el mundo" (Mons. Zani ) . La conciencia de que requiere una comprensión y visión de este proyecto. De hecho, "hay que ofrecer el testimonio de una Iglesia fiel a Cristo, animada por el deseo de servir a nuestros hermanos y listo para reunirse con valentía profética a las expectativas y necesidades espirituales de los hombres y mujeres de nuestro tiempo"[2].
La participación de expertos de diversas partes del mundo, así como poner de relieve la importancia de la educación de hoy y para identificar estrategias educativas apropiadas para "hacer de la educación" en diversos contextos, derrotando a los "enemigos de la educación" (el escepticismo, el individualismo, el relativismo), ha evidenciado los tres aspectos que deben caracterizar a la educación católica: la identidad, la integralidad y la interculturalidad. Con respecto a este último aspecto, se ha referido el reciente documento de la Congregación sobre "Educación para el Diálogo Intercultural"[3], lanzado en diciembre pasado.
Varios son los desafíos que enfrenta la escuela hoy, especialmente en las escuelas y universidades católicas que, por su especificidad, están llamados a ser los lugares de la maduración integral para todas las personas, orientada por los valores del Evangelio y la doctrina social de la Iglesia. Entre los muchos desafíos, los discursos y los debates subsiguientes revelaron lo siguiente: la identidad, la comunidad escolástica, el diálogo, el aprendizaje, la educación integral, la unidad del saber, la falta de medios y recursos, la formación religiosa, la sociedad multicultural y multirreligiosa, la atención a los débiles y los marginados.
Frente a estos retos ha sido llevada la necesidad de tener una formación adecuada y continua de los líderes escolásticos y de los docentes, así como una relación provechosa con las familias, con las instituciones locales, con la comunidad eclesial, con las asociaciones profesionales y con el mundo del voluntariado. El mismo Sumo Pontífice, en su discurso a los miembros de la Congregación, se refirió a tres aspectos: el valor del diálogo en la educación, la preparación calificada de los formadores,  y la responsabilidad de las instituciones educativas[4]
Es fue enfatizado el peligro para las escuelas y para los que trabajan allí de dejarse seducir por la lógica comercial, individualista, el "éxito", así como para colocar una atención prioritaria a los contenidos y no el por qué de la enseñanza: toda acción educativa debe tener sentido y dar sentido.
Se han indicado algunas pistas ineludibles de proyectos educativos: el papel central del alumno, la educación para la ciudadanía activa, la educación como construcción de fraternidad y de libertad, la formación integral de la persona, el valor de la educación religiosa, la atención a las diversas formas de desventajas y marginación. Clara ha estado la referencia a la pedagogía del Evangelio (bienvenida, acompañar, tomar el camino juntos, discernir, interpretar, orientar, testimoniar). A los educadores católicos se les pide una fe viva y un alto nivel de competencia, la capacidad de dar testimonio del valor de la comunidad y la continua construcción de la investigación y los contextos educativos. "Una de las principales responsabilidades del maestro - afirma el “Instrumentum laboris” - es llevar a la generación más joven a los conocimientos y a la comprensión de los logros del conocimiento y sus aplicaciones. El compromiso de saber y de la investigación no debe, sin embargo, separada de la ética y lo trascendente .... La ciencia y la ética, la ciencia y la trascendencia no son mutuamente excluyentes, sino que se combinan para una mayor y mejor comprensión del hombre de la realidad del mundo".
En el debate no se ha omitido la inmensidad de los desafíos para las escuelas y las universidades, y para los que trabajan allí. Así se recordaron las palabras del Papa Francisco que le animaron a renovar su pasión por la educación: "No se desanime por las dificultades que presenta el reto educativo! Educar no es una profesión, sino una actitud, una forma de ser. Para educar hay que salir de nosotros mismos y estar entre los jóvenes, para acompañarlos en sus etapas de crecimiento y ponerse a su lado. Ellos donan esperanza y optimismo para el camino en el mundo. Enseñan a ver la belleza y la bondad de la creación y del hombre, que siempre conserva la huella del Creador. Pero, sobre todo, dar testimonio con sus vidas de aquello que comunican"[5]
                                                                                                                                                               
                                                                                                                                           Giovanni Perrone
Traducción al español de Héctor Rigaldo



[1] “Educare oggi e domani. Una passione che si rinnova” - Instrumentum laboris, 2014
[2]  Papa Francisco, Angelus – 23 febbraio 2014
[4] Papa Francisco, 13 febrero 2014
[5]Papa Francisco , 7 junio 2013
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