sabato 2 novembre 2019

ARGENTINA: LAS PALABRAS MUEVEN, LOS EJEMPLOS ARRASTRAN


 
Creo que todos conocen la situación politica y social actual de la Argentina. Un país que puede dar de comer a 400.000.000 de habitantes, pero que tiene un índice de pobreza del 35% y un estado de indigencia del 7,7%. Esto se debe a la mala y corrupta administracion que goberno nuestro país por 12 años y que el actual gobierno no ha podido solucionar en 4 años. Las elecciones del 27 de octubre llavaran al poder nuevamente al actual gobierno, que quiere finalizar su obra de saneamiento del país, o los que gobernaron por 12 años anteriores, con corrupción y enriquecimiento ilícito de sus miembros. Que Dios ayuda a la Argentina
CONOCIMIENTO Y SABIDURÍA
Una cosa es tener conocimientos y otra es poseer sabiduría. Las puertas del conocimiento son la investigación y el análisis.
Una de las puertas de la sabiduría es la meditación. Quien reflexiona profundamente sobre lo que él es y sobre lo que debe ser, comienza a entrar al palacio de la sabiduría.
Quien contempla los acontecimientos conflictivos y mantiene el equilibrio mental y emocional, se está iniciando en la sabiduría.
Sabio es quien logra ser veraz, quien se gobierna a sí mismo y quien se integra con amor a sus semejantes.
La meditación de la Palabra de Dios nos lleva a saber quién es Dios, cuánto nos ama y cuál es nuestro compromiso con Él, comienzo de la sabiduría superior.
EDUCAR
“Las palabras mueven, los ejemplos arrastran”, dice el proverbio. En efecto, nada es mejor que el testimonio de vida para moldear el carácter de los niños en el hogar o en la escuela. Por eso padres y educadores deben vigilar su propia conducta para que incida positivamente en los chicos. Por ejemplo: dominio de sí mismos, sinceridad permanente, prioridad del deber, etc.
No educas cuando impones tus convicciones, sino cuando suscitas convicciones personales. No educas cuando impones conductas, sino cuando propones valores que motivan. Educas cuando enseñas a caminar, cuando despiertas el coraje de ser libres, cuando fomentas la capacidad de pensar por cuenta propia. No educas cuando impones el terror que aísla, sino cuando liberas el amor que acerca y comunica. No educas cuando impones tu autoridad, sino cuando cultivas la autonomía del otro. Educas cuando respetas la originalidad que diferencia, cuando enseñas a buscar honestamente la verdad, cuando formas personas responsables.
El que educa debe proponer, motivar y ayudar a adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Por lo tanto, valorice el educador este tiempo de formación, en que ayuda a poner las bases del futuro a los niños y jóvenes.
Héctor Rigaldo  - ARGENTINA




 

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