Creo que
todos conocen la situación politica y social actual de la Argentina. Un país
que puede dar de comer a 400.000.000 de habitantes, pero que tiene un índice de
pobreza del 35% y un estado de indigencia del 7,7%. Esto se debe a la mala y
corrupta administracion que goberno nuestro país por 12 años y que el actual
gobierno no ha podido solucionar en 4 años. Las elecciones del 27 de octubre
llavaran al poder nuevamente al actual gobierno, que quiere finalizar su obra
de saneamiento del país, o los que gobernaron por 12 años anteriores, con
corrupción y enriquecimiento ilícito de sus miembros. Que Dios ayuda a la
Argentina
CONOCIMIENTO Y
SABIDURÍA
Una cosa
es tener conocimientos y otra es poseer sabiduría. Las puertas del conocimiento
son la investigación y el análisis.
Una de
las puertas de la sabiduría es la meditación. Quien reflexiona profundamente
sobre lo que él es y sobre lo que debe ser, comienza a entrar al palacio de la
sabiduría.
Quien
contempla los acontecimientos conflictivos y mantiene el equilibrio mental y
emocional, se está iniciando en la sabiduría.
Sabio es
quien logra ser veraz, quien se gobierna a sí mismo y quien se integra con amor
a sus semejantes.
La
meditación de la Palabra de Dios nos lleva a saber quién es Dios, cuánto nos
ama y cuál es nuestro compromiso con Él, comienzo de la sabiduría superior.
EDUCAR
“Las
palabras mueven, los ejemplos arrastran”, dice el proverbio. En efecto, nada es
mejor que el testimonio de vida para moldear el carácter de los niños en el
hogar o en la escuela. Por eso padres y educadores deben vigilar su propia
conducta para que incida positivamente en los chicos. Por ejemplo: dominio de
sí mismos, sinceridad permanente, prioridad del deber, etc.
No educas
cuando impones tus convicciones, sino cuando suscitas convicciones personales.
No educas cuando impones conductas, sino cuando propones valores que motivan.
Educas cuando enseñas a caminar, cuando despiertas el coraje de ser libres,
cuando fomentas la capacidad de pensar por cuenta propia. No educas cuando
impones el terror que aísla, sino cuando liberas el amor que acerca y comunica.
No educas cuando impones tu autoridad, sino cuando cultivas la autonomía del
otro. Educas cuando respetas la originalidad que diferencia, cuando enseñas a
buscar honestamente la verdad, cuando formas personas responsables.
El que
educa debe proponer, motivar y ayudar a adquirir buenos hábitos. La única
diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la
diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Por
lo tanto, valorice el educador este tiempo de formación, en que ayuda a poner
las bases del futuro a los niños y jóvenes.
Héctor Rigaldo - ARGENTINA
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