Evaluación y
continuidad educativa en momentos difíciles: Encuesta de la UNESCO revela
principales desafíos en América Latina en el marco de la
pandemia
La COVID-19 ha traído consecuencias imprevistas para los sistemas educativos de la región. El Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO, ha indagado mediante encuestas sobre cómo ha sido la respuesta educativa en la emergencia, para ayudar a proveer de orientaciones.
Durante julio de 2020 fueron consultados
17 países de la región, los cuales opinaron sobre los principales obstáculos
que enfrentan, tales como la interrupción de clases presenciales, la falta de
infraestructura y cómo evaluar a los estudiantes en estos momentos complejos.
Observar
el desempeño de los estudiantes durante el año, evaluaciones flexibles, o una
combinación entre ambas parecen ser algunas de las alternativas posibles para
enfrentar una de las principales preocupaciones educativas que tienen
actualmente los países de América Latina y el Caribe: ¿Qué hacemos con la
promoción de curso al final de los periodos lectivos?
Este problema, junto a los diagnósticos
de los aprendizajes, las consecuencias de la pandemia al interior de los
sistemas educativos, los problemas de infraestructura para enfrentar un retorno
seguro a la escuela y cómo los países empiezan a abordar las secuelas de la
pandemia en la población más vulnerable son abordados en el documento Sistemas educativos
de América Latina en respuesta a la Covid-19: Continuidad educativa y
evaluación. Análisis desde la
evidencia del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la
Educación (LLECE): documento de programa.
El documento es un esfuerzo de análisis de evidencia
realizado por el Laboratorio LLECE de la Oficina Regional de Educación para
América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), que llevó adelante una
recopilación de información nacional a través de encuestas. En este instrumento
participaron: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana y Uruguay.
El documento encontró que existe poca
claridad respecto a decisiones que tomarán los países en evaluación, dado el
contexto de incertidumbre. El tema más apremiante pareciera ser la promoción de
curso de los estudiantes, lo que no se refleja aún en propuestas concretas
respecto a los criterios. Sin embargo, estos tenderían a basarse en el
desempeño de los estudiantes durante el año y en evaluaciones flexibles, o
alguna combinación entre ambas.
El texto de la UNESCO muestra que están
surgiendo desafíos con diferentes horizontes temporales. A corto plazo, los
países deberán trabajar en posibles planes de retorno seguro, a la vez que
perfeccionan metodologías y estrategias para la educación a distancia o
modalidades híbridas.
A mediano plazo, la UNESCO indica que
deberán buscarse mecanismos para diagnosticar adecuadamente las consecuencias
de la pandemia, y diseñar estrategias para paliar estos efectos lo más rápido
posible, con foco en los estudiantes marginados. A largo plazo, los países
encuestados afirman que la crisis actual los conmina a repensar los modelos de
educación, a mantener el avance hacia currículos relevantes y atingentes para
los ciudadanos del siglo XXI, y a tener sistemas educativos inclusivos y
flexibles que den a cada estudiante la posibilidad de desarrollarse según sus
fortalezas e intereses.
Al momento de la encuesta, el principal
problema seguía siendo la interrupción de clases presenciales: 15 de los 17
países participantes mantenían sus establecimientos educativos cerrados, la
mayoría sin claridad respecto a la fecha de retorno. Ante este panorama, los
países habían implementado estrategias diversas para asegurar la continuidad de
los aprendizajes: disponer material y contenidos en la web, uso de medios
masivos de comunicación para transmitir contenido, la utilización de
plataformas digitales de aprendizaje y el envío de material pedagógico a los
hogares son las más medidas más frecuentes.
A través de esta pesquisa también se
consultó a los países respecto a cuáles son los mayores obstáculos que perciben
para el éxito de las medidas implementadas. Los países indicaron que perciben
la falta de infraestructura adecuada como uno de los principales problemas para
la efectividad de las medidas. Le siguen la dificultad para apoyar a zonas
remotas, la falta de preparación de estudiantes, familias y docentes para
funcionar en la modalidad de educación a distancia y la falta de calidad del
material disponible. Son notorias en las problemáticas regionales la brecha
digital y la poca adaptabilidad de los currículos para afrontar estas
inequidades.
Con respecto a evaluación, la mayoría de
los países tenían al menos una evaluación planeada a nivel nacional, ya fuese
propia o internacional, y han tomado decisiones variables según el carácter de
cada evaluación. En el caso de las evaluaciones de alto impacto, todos los
países han adaptado la programación que tenían, ya sea en términos de fecha o
formato, con el fin de limitar lo más posible las consecuencias negativas
injustas que la contingencia sanitaria signifique para los evaluados. En cuanto
a evaluaciones nacionales de bajo impacto y evaluaciones internacionales ha
sido más frecuente limitarse a postergar la fecha o simplemente cancelar su
aplicación. En algunos casos esto está asociado a que, dado lo inusual de las
condiciones en que transcurrió el año escolar, el diagnóstico que entregarían
las evaluaciones de gran escala podría no ser representativo.
También se consultó a las contrapartes ministeriales en los países, respecto a sus iniciativas de evaluación formativa, la cual se centra en entregar resultados individualizados para apoyar la labor docente. Son muy pocos los países que cuentan con iniciativas en este tema a nivel gubernamental o que están trabajando en ellas. Donde las hay, aunque en algunos casos los proyectos forman parte de estrategias educativas más amplias, con frecuencia responden a la necesidad generada por la pandemia de establecer un diagnóstico para el retorno a clases presenciales.
Respecto a orientaciones para la
evaluación a distancia que hacen los docentes, se ve una alta proporción de
países favoreciendo estrategias flexibles de valoración, tales como aprendizaje
basado en proyectos, portafolios o trabajos escolares, por sobre los
tradicionales exámenes.
A su vez, Henríquez puntualizó que estos
datos, como otros que irán emanando periódicamente, son un aporte de la Oficina
Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago)
para monitorear acciones que aportan al trabajo de los aprendizajes de los
estudiantes, pues los efectos de la pandemia han sido disímiles y su evolución
requiere de respuestas rápidas, innovadoras, con apoyos importantes y adecuadas
a las necesidades de cada país y comunidad. “Ante todo, resulta fundamental que
la toma de decisiones ponga en el centro a los estudiantes, sus necesidades,
problemáticas e intereses, centrándose en su bienestar y en sus aprendizajes,
generando mecanismos de acuerdo a cada contexto para asegurar que nadie se
quede atrás en su desarrollo integral”, indicó.
Descargue también: Primer documento de esta serie: Aportes para una respuesta educativa frente a la COVID-19 en América Latina
Resumen del contexto regional y estado de aprendizajes, luego
una panorámica de la respuesta educativa al Covid-19 en la región, los impactos
de la pandemia, el rol docente, las brechas, la continuidad de los
aprendizajes, el impacto curricular y las evaluaciones.
Contacto de prensa en la OREALC/UNESCO Santiago:
Carolina Jerez, c.jerez@unesco.org,
+56992890175
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